...¿por dónde empezar?
suspiro y suspiro
y mi corazón tranquilo
cuenta que hoy le he vuelto a ver
fue una mirada furtiva y un saludo
corto
pero intensamente cargado de
sentimientos.
Yo ya le habia visto desde lejos
y no se si él también,pero
seguro que sí,
pero un calor intenso brotó
dentro de mi corazón
y por timidez, dejé de
observarlo
y justo antes de que fuera demasiado
tarde
lo saludé con una mirada alegre
y melancólica
... me respondió con una cara
falsamente confeccionada de sorpresa
pero con la cara más sincera de
alegría que pudo encontrar.
Nos quedamos con las ganas de más,
con las ganas de un simple “¿cómo
estás?”,
aunque no nos quisieron dejar las
circunstancias;
Pero, seguro que él, al igual
que yo,
se quedó con un buen sabor de
boca
por eso tan bonito e invisible a los
ojos de los demás...
Vale la pena conservar en la memoria
del corazón para siempre
y no olvidarlos jamás.